GASTRONOMÍA

Tapear y comer, en los pueblos de Sevilla: El Castillo de las Guardas.

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 Nombre Domicilio
El Piñonate.  Carretera de Sevilla, s/n.
El Recreo.  Carretera Sevilla-Nerva, s/n.
El rincón de la Brasa.  Carretera de Sevilla, s/n.
Casa Juanito.  C/ Concejal José Parrilla González, 5. (Arroyo de la Plata).

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A lo largo de la historia, el río Guadiamar, testigo mudo del paso del tiempo por El Castillo de las Guardas, ha favorecido el asentamiento de diferentes culturas, como lo atestiguan los numerosos yacimientos prehistóricos encontrados en el municipio. Muy importante en la zona fue la existencia de diorita y serpentina, piedras clave en esta cultura megalítica, para que estos pueblos explotaran dichos recursos. Algunos de estos restos son los innumerables dólmenes, cistas y túmulos que todavía se conservan en los alrededores. Entre ellos, destacan la llamada «Sepultura del Moro» (Lapa del Moro), con cámara funeraria rectangular y de gran tamaño, o las encontradas en el Cerro de San Antonio Abad.

Las riquezas minerales del lugar han sido explotadas desde tiempos tartesios, pero fueron los fenicios y los romanos quienes heredaron esta tradición minera, convirtiéndola en el centro esencial de la economía comarcal y construyendo rutas de su transporte y comercio hacia Huelva y Riotinto. Vestigios de esta época son unos tazones de plata y una colección numismática del periodo de Trajano hallados en las cercanías del pueblo. Durante el dominio árabe, El Castillo de las Guardas experimentó un cambio importante; bajo el nombre de Al – Muniat desarrolló una fructífera ciudad gracias a la restauración de la antigua fortificación castrense de los romanos, llegando a albergar cementerio, mezquita, baños y otras instalaciones islámicas y sobresaliendo como emplazamiento estratégico el torreón del castillo, concebido como atalaya de vigilancia en una época de reconquista y sus «guardias» en zona fronteriza parecen estar en el origen de su denominación.

Tras la reconquista de estos territorios por Fernando III, El Castillo de las Guardas, se convierte en municipio dependiente de la ciudad de Sevilla, controlando desde su situación estratégica las posibles incursiones enemigas. Será ya en el siglo XVII, en época de Carlos II cuando el pueblo alcance su independencia, otorgándose por orden real, la categoría jurídica de villa. En la actualidad, El Castillo de las Guardas, observa desde su enclave, ese lento discurrir del Guadiamar, origen y factor determinante de nuestra cultura e historia, a la vez que presenta un marco natural incomparable. Visiten esta bella localidad, y déjense aconsejar con las recomendaciones que nos proponen algunos de nuestros socios en El Castillo de las Guardas.

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