En 1883 se termina de construir La Nave del Barranco que es uno de los pocos ejemplos de arquitectura de hierro que hay en Sevilla, un estilo que nació a mediados del XIX y que se basa en una combinación de este metal con el cristal.
El Ayuntamiento de la capital hispalense tiene la intención de que se instale un mercado gourmet similar al madrileño de San Miguel. En el anteproyecto del pliego de condiciones en preparación se reflejan las obras de acondicionamiento que deberá asumir la empresa adjudicataria, valoradas en un principio en un millón de euros. Los trabajos no abarcan solamente el recinto bajo la estructura de hierro, sino la construcción exenta que hay a la vera de las naves -conocida como el Husillo- y el entorno inmediato, donde se autorizará la instalación de veladores y sillas y se permitirá la construcción de un quiosco-bar con cocina y sin música en la bancada del parque. De hecho, en el anteproyecto se hace referencia siempre al «conjunto de las Naves del Barranco «.
La realización de las obras necesarias y descritas en el anteproyecto del pliego son una condición indispensable para comenzar a explotar el recinto como mercado de excelencia. Las empresas pueden, obviamente, proponer el pago de un canon mayor al mínimo estipulado, así como presentar una serie de mejoras en el proyecto. Una de las posibles sería la construcción de un pantalán que permita la llegada en barco. En la orilla de enfrente se inaugurará en abril un pantalán a la altura del Castillo de San Jorge. Sería una forma de atraer el turismo náutico que atraca sus embarcaciones en el Club Náutico de Sevilla.
Los planes de Urbanismo fijan el comienzo de las obras antes de verano para que el mercado esté en funcionamiento en un año. El mercado constará de 25 puestos en el interior, acomodados a la estructura para no romper con el entorno. El espacio central será el eje del que parta de manera simétrica la edificación y en el sótano se realizará la construcción de unas pequeñas instalaciones para la ubicación de cámaras frigoríficas. Además, en la entreplanta se instalarán unas oficinas, y entre el puente y el edificio, donde se encuentra una barandilla, ésta se eliminará para la colocación de una terraza con vistas al río.
Apoloybaco en el año 2007, y con motivo de la entrega de los premios de su II Certamen Literario, fue la primera entidad que ha organizado un evento gastronómico en estas instalaciones y no dudamos que pudiera ser el germen de esta idea.